Comportamiento electoral

Contenido

1. Introduccion.
1.1 Definicion.
1.2 Origen.
2. Elecciones y su impacto en el comportamiento electoral.
2.1 Introducción.
2.2 Influencia de los mass media.
3. Modelos de comportamiento electoral.
3.1 Introducción.
3.2 Modelo Michigan.
3.3 Modelo dominante.
3.4 Modelo de Columbia.
3.5 Modelo de la caja negra.
3.6 Modelo comunicacional.
4. Análisis y aplicación de los modelos de comportamiento electoral.
5. Véase también.
6. Referencias.

Introducción

Definición

Entendemos el comportamiento electoral como el procedimiento de constatación y de expresión de las preferencias como individuos y como grupos, con respecto a las alternativas políticas, estando las mismas sometidas al voto.

Por otro lado, definimos elecciones “una forma de procedimiento, reconocida por las normas de una organización, en virtud de la cual todos o algunos de sus miembros escogen a un número de personas, o a una sola persona, para ocupar cargos en tal organización”.(Mackenzie, 1974) o considerando a las mismas como un mecanismo institucionalizado a través un grupo de personas manifiestan su preferencia para decidir quién se desempeñará en un puesto específico en un órgano en particular, que tendrá atribuciones de gobierno, representación o control y, por tanto, con autoridad sobre el mismo grupo que lo elige. Por lo que el análisis del comportamiento electoral se centra en el por qué esas personas manifiestan dicha preferencia y no otra.

Origen

El estudio sistemático de los comportamientos electorales empezó a impulsarse en la década de los 40 en los Estados Unidos, y tuvo su auge a partir de los años 50, dando lugar a las escuelas de Michigan y Columbia, cuyos modelos se exponen posteriormente.

Elecciones y su impacto en el comportamiento electoral

Introducción

El proceso político de mayor calado es el de las elecciones, el comportamiento electoral constituye aquí una dimensión de interés para la investigación, sobre todo desde la expansión de las democracias,

En un primer momento se conforma que los resultados obedecen a ciertos factores externos a la persona, ya sea estatus socioeconómico, profesión… etc. Por ejemplo se podría afirmar mediante este axioma que la clase obrera siempre votaría a partidos que favorezcan el movimiento obrero o que un católico practicante votara siempre a un partido que favoreciera a los intereses de la Iglesia Católica, todo esto en la práctica resulta ser falso ya que en primer lugar llevaría a un bajo nivel de movilización y búsqueda de voto por parte de los partidos políticos, y por ende, las campañas electorales serían inútiles, por lo que el procedimiento sociológico para analizar el comportamiento electoral es mucho más complejo que relacionar directamente cierta ocupación, profesión o estatus social con una orientación política.

Partiendo de la idea de que las elecciones son el mecanismo institucionalizado gracias al cual, las personas manifiestan su preferencia con respecto a unas alternativas, la democracia necesita de elecciones como medio de legitimación, además de necesarias en la formación de gobiernos.

Influencia de los mass media en el comportamiento político

Es importante tener en cuenta la idea de la extensión del sufragio ya que permite el asentamiento de nuevas reglas electorales, incorporándose nuevos actores sociales como la mujer, o inclusión de minorías étnico- religiosas etc.

La comunicación política es algo fundamental en cualquier proceso político. Las estrategias de la comunicación influyen en la construcción de opiniones sobre un asunto, incidiendo en última instancia en el propio proceso político. La comunicación política, implica no sólo un “resumen” de las acciones gubernamentales, sino un modo de obtención de legitimidad, de coordinación de los diferentes actores, y el éxito de los programas. La idea de la campaña permanente es algo a tener en cuenta, ya que tanto los partidos en el poder como los de la oposición orientan sus estrategias de comunicación política en el medio y largo plazo, condicionando así el comportamiento político de los ciudadanos. Múltiples ejemplos han surgido desde los primeros análisis electorales de los años 50, y más allá, así, del clásico panfleto se ha evolucionado a anuncios de televisión, y más tarde se ha unido el fenómeno de las redes sociales, cuyos máximos exponentes actuales y espejo de los políticos hacia el ciudadano sobre todo en época de elecciones, el Twitter o el Facebook, llegando incluso a variar el comportamiento electoral de los ciudadanos debido a una aseveración o incluso a analizar el propio comportamiento por medio de los perfiles de los ciudadanos, como se ha demostrado últimamente.

Modelos de comportamiento electoral

Introducción

Al estudiar el comportamiento electoral, es necesario ir más allá, y analizar propiamente al ciudadano (además de otros niveles previos como de dónde se deriva el abstencionismo, o teorías de formación de coaliciones que buscan cooptar a más partidos y así abarcar mayor espectro ideológico etc.)

El voto, puede ser considerado como un acto de afirmación de uno mismo, buscando una expresión leal a los propios principios del votante, y votando a una formación partidista conforme a esto (carácter menos instrumental del voto). El voto también puede ser considerado como opción, como elección, el votante es un ser libre, que elige conforme a sus intereses.
Es necesario a la hora de tener en cuenta el comportamiento electoral, las divisiones o cleavages que dividen la sociedad, y los propios cleavages que influyen en el comportamiento electoral de manera más material, como serían las condiciones de competencia política, la cultura política, la manera en la que son concebidas las distintas candidaturas etc.

Modelo de Michigan. Comunicación Política

Este modelo centra su importancia en la actitud política de los individuos. Nos encontramos con la identificación partidaria, la actitud en relación a los temas del debate electoral y la simpatía por el candidato.

Junto a esto, el voto estaría muy influido a su vez por la comunicación política y los medios masivos de difusión, pudiendo estos cambiar la decisión de voto, como se ha dicho anteriormente.

La elección racional como modelo dominante

Sirviéndose de las teorías de la elecciones racional originarías de la teoría económica se conforma este modelo y origina explicaciones acerca de la decisión de voto.

De esta forma, los individuos poseen un comportamiento racional motivado, el cual intenta alcanzar en su máximo exponente sus objetivos individuales.

Este enfoque fue expuesto por Anthony Downs en su libro “Una Teoría económica de la democracia”.

Downs caracteriza al acto de votar como un comportamiento durante el cual el individuo realiza un cálculo de los costes y beneficios de su voto, si su voto es percibido como útil o no. Por tanto, si su voto es percibido como no útil la consecuencia es la abstención.

Los argumentos principales de este modelo son tres; en primer lugar los beneficios que resulten en el caso de que el partido votado salga elegido; en lugar la utilidad de su propio voto en las elecciones y por último el coste de ir a votar (tiempo…).

En consecuencia a esto, las personas votarían si los beneficios superan a los costes.

Esta teoría ha sido muy criticada, ya que siguiendo este razonamiento las personas no votarían por qué sería muy difícil apreciar y percibir la utilidad del voto de cada uno.

Siguiendo esta línea de pensamiento, han aparecido posturas que defienden el deber cívico de votar que los ciudadanos poseen (llegando incluso a haber países tales como Bélgica o Brasil en el que el voto es obligatorio, no opcional) y su consideración del voto como un acto de consumo y no de inversión; hablamos así del comportamiento expresivo del voto.

Dentro de este comportamiento expresivo podríamos encontrar una condición de aceptación por parte de familias o amigos, expresión de identidad…

Overbye profundiza más en esta teoría y contribuye tres aspectos por los cuales un individuo puede llegar a votar:
- Interés individual por ciertas políticas o rasgos de candidatos
- El votante retrospectivo. La persona valora su propio bienestar pasado en relación con las autoridades de ese momento. Evalúa retrospectivamente a través de información recaudada y opiniones.
- Coincidencia entre puntos ideales del votante y los argumentos del partido en relación con determinados problemas.

El enfoque sociológico o modelo de Columbia

Este enfoque parte de los estudios realizados por Lazarsfeld y es denominado sociológico por que concede gran importancia a los caracteres sociales de los individuos, otorgándoles la posición de variables explicativas del voto; por ejemplo clase social, religión…

Se consideraba a la posición en la estructura social como determinante en el voto, ya que los expone a cierta información y condiciona su construcción de preferencias.

A partir de estos inicios en el estudio sociológico, se siguió desarrollando dando lugar a tres vertientes de estudio que condicionarían el voto:

- Contextos sociales

Los contextos sociales establecerán el círculo en el que se mueve la persona y las distintas interacciones que esta experimentará dando lugar a ciertas preferencias políticas, es decir el contexto social influye especialmente en el individuo tomando como base la familia, en la que se van formando sus primeras tomas de contacto con la política y más allá, con la opinión política por lo que el individuo sufre ya un primer condicionamiento, el de la orientación política de sus padres. Más allá de la familia cuando el individuo entra en el segundo nivel de socialización, ya no sólo será su familia sino amigos, profesores, y más allá aspectos más externos tales como la religión, o el nivel socioeconómico del individuo aunque la mayoría de las teorías dan a estos últimos factores no tanta relevancia debido a lo disperso del voto en cuanto a estos factores.

Modelo de influencia espacial

Siguiendo y en relación con el contexto social, la influencia espacial hace referencia a los fuertes vínculos, confianza y alta consideración personal, es decir, la creación de relaciones íntimas que influyen en las opciones de voto.

- Teoría de redes

En primer lugar y partiendo de los contextos sociales ya determinados socialmente frente a los cuales el individuo se posiciona casi de manera externa, nos encontramos con las redes.

Las redes son originadas por los individuos a partir de sus elecciones.

Esta teoría aparece en los años 70 y se adquiere predominancia en los años 90 en numerosas disciplinas.

Lazega define una red como “un conjunto de relaciones específicas de colaboración, apoyo, consejo, control o también influencia entre un número limitado de actores”.

De esta forma, el voto vendría muy condicionado por los vínculos personales, afectivos, círculos sociales… dentro de los cuales hay comportamientos, reglas…

Las redes conforman una gran cantidad de esferas y ámbitos sociales, políticos, económicos, afectivos… y se alimentan e influyen de manera multidireccional.

Así, esta teoría otorga como elementos esenciales las categorías y las redes en las que están insertados los individuos.

Las categorías estarían conformadas las relaciones que surgen de las estructuras sociales de cada individuo; mientras que en las redes el componente electivo del individuo es la piedra angular.

Cada persona vive en una continua red de interdependencia, la cual está en constante cambio; debido a eso es necesario estudiar todas esas relaciones y su funcionamiento para poder analizar y explicar el voto.

Por lo tanto, está teoría postula que las preferencias política son están valoradas de manera individua y aislada sino de forma relacional.

Así Granovetter distingue entre vínculos fuertes (familia, amigos cercanos…) y vínculos débiles (agentes o líderes de una comunidad…). Debido a esto los vínculos débiles son de vital importancia para los líderes políticos ya que son los que conforman parte de la cohesión social y cambian los pensamientos políticos.

Por consiguiente, esta teoría apuesta por el argumento de que las razones del voto no vienen marcadas solo por categorías dentro de una estructura social o razones instrumentales de individuo; si no que responden en gran medida a los vínculos y relaciones creadas por las redes en las que están insertas esas personas.

Modelo de la caja negra.

El modelo de la caja negra se limita a estudiar distintos tipos de mensajes políticos y a analizar las consecuencias de los mismos en el comportamiento electoral. La ecuación es simple: determinados estímulos producen determinadas respuestas. Entonces bastaría con analizar campañas electorales exitosas y aislar sus componentes esenciales para descubrir cuáles son los procedimientos que provocan el voto.

Pero la gran pregunta que siempre queda pendiente es ¿qué pasa dentro de la caja negra? ¿Cómo son los procesos que llevan a la decisión final?

Si lográramos transparentar esa opacidad del cerebro humano, si pudiéramos ver y entender cómo trabaja en estos casos, entonces podríamos comprender con mucha mayor profundidad el comportamiento político de los ciudadanos. Para ello tenemos que ir mucho más allá del modelo de la caja negra, ya que el mismo es una construcción insuficiente y demasiado esquemática.

Modelo comunicacional.

En este modelo la comunicación política antes mencionada es crucial, esto es debido a que este modelo propugna que las campañas electorales son claves en la derivación de un voto a uno u otro partido, se centra en el segmento de la población que se halla indeciso antes de una campaña electoral y aquellos que cambian su voto en plena campaña, en algunos países este porcentaje roza cotas del 11%, más que suficiente para cambiar el resultado de unas elecciones.

Análisis reflexivo sobre los modelos de comportamiento electoral y su aplicación.

Las elecciones son un proceso de toma de decisiones electorales que es el resultado de la imagen creada por los políticos y sus acciones. Las bases son, pues, las percepciones, que a su vez están formadas por elementos del tipo cognitivo, que contienen modelos simbólicos con los que interpretamos la realidad junto con los elementos afectivos. Esto incluye la existencia de conocimiento previo y experiencia de varios gobiernos, desde sus logros hasta sus cualidades personales.

El proceso de toma de decisiones es, en última instancia, la expresión de una actitud: la forma en la que los individuos se comportan hacia un objeto en particular. La actitud incluye una opinión construida con elementos cognitivos, pero también para cuestiones emocionales e influencias de nuestro entorno social. En las últimas décadas, según muchos expertos, se puede resumir que las personas tienen una aversión a un partido político en particular que influirá en el momento en que emitió su voto y expresará una opinión sobre algo o alguien. Estas influencias surgen del comportamiento de las personas que se rodean y se agregan a los medios de comunicación.

Por lo tanto, en el caso de las elecciones como en la vida cotidiana, los actores deciden sobre la base de cálculos racionales que toman en cuenta los beneficios que llevan a la elección del partido o candidato X o Y. Sin embargo, dependiendo de su percepción de la situación buena o mala, los ciudadanos pierden rápidamente la perspectiva histórica general y exigen soluciones inmediatas a problemas profundos y estructurales. Del mismo modo, lo que ven, leen y escuchan en los medios les permite formarse una opinión que afecta su voz.

Aunque se puede hacer una medida objetiva de los beneficios del votante, la subjetividad se mide como un gobierno puede prometer beneficios a una sociedad, pero lograr ese objetivo debe sacrificar otros puntos clave en la agenda de un país. Los votantes, por lo tanto, perciben las acciones de gobiernos en diferentes pantallas y concluyen que la racionalidad está influenciada por los criterios utilizados para cimentar estos filtros, así como también por la explicación propuesta por el modelo de Michigan.

El hombre está determinado no sólo por las condiciones macro-sociales, el entorno en el que vive y las instituciones en las que está inmerso, sino que es la individualidad que puede decidir y buscar o utilizar información, argumentos, conocimiento y experiencia antes de tomar decisiones. Los modelos de comportamiento electoral son herramientas teóricas para explicar el comportamiento de los votantes, porque actúan como personas no solo por pertenecer a un grupo social, sino también porque tienen simpatía o afinidad con un partido político en específico, la imagen de los candidatos, sus ofertas, así como la calificación que los votantes hacen de la administración del partido gobernante.

La naturaleza de los problemas de la sociedad moderna es otro factor que influye en la complejidad de las divisiones. Los dilemas del futuro, como la contaminación, las amenazas nucleares, el crimen, la vida natural alternativa, han provocado, entre otras cosas, un cambio importante en el vínculo entre los grupos de votantes que están más o menos establecidos con sus preferencias partidarias. La aparición de nuevos partidos o la transformación radical de los partidos existentes son signos de un gran cambio debido a este desarrollo.

Comparando las propuestas de los modelos de Columbia y Michigan, prevalece la visión de un ciudadano sin libertad para tomar decisiones caracterizadas por la falta de conocimiento e información, la existencia de un mecanismo estable que rige el comportamiento sin la intervención de otros factores como la racionalidad, un ciudadano apenas racional, una defensa de la voz no como un mecanismo de control, sino como un mecanismo de expresión de identidades primarias, se le da poca importancia al mundo político, porque el ciudadano es inmune a la falta de información y capacidad.

Si se opone a los modelos racionales-espaciales, hay una visión más positiva, ya que existe la posibilidad de que los ciudadanos tengan información básica sobre estos temas que realmente les afectan y conciernen. No se pone mucho énfasis en los elementos que dan comportamiento de estabilidad, otorgado un mayor grado de racionalidad para los ciudadanos que ejercen un mayor control del poder político sin temor a la estabilidad y la supuesta ignorancia de los ciudadanos diseñados, también tiene un papel importante para el mundo político: partidos políticos, líderes, actores, el idioma, el formato de la competencia, etc. Por lo tanto es muy importante cuando se habla de ciudadanía y votación, de la importancia de los elementos estables e inestables. Es aún más importante saber cómo surgieron los elementos estables. La presencia de elementos estables no es deseable, pero si algo racional, porque ayuda a reducir la información y los costos políticos, para obtener y tomar una decisión. Por lo tanto, los ciudadanos tienden a formar elementos estables.

El desarrollo de las elecciones modernas está vinculado a la democracia representativa. Sin embargo, estos aún no están libres de problemas: sobre todo, enfrentan la tarea de mejorar la calidad del régimen democrático. De esta manera, existen desafíos para los responsables y especialistas en la materia, una mayor participación en las elecciones, garantizando la igualdad de condiciones en la competencia electoral y promoviendo una mayor transparencia en todas las etapas del proceso electoral. Los sistemas electorales aún deben superar la fricción que existe entre gobernabilidad y representación, valores que cada uno enfatiza en la mayoría y en los sistemas proporcionales.

Véase también

• Abstencionismo
• Cultura Política
• Democracia
• Socialización política
• Opinión pública

Referencias

Downs, Al (1957) An Economic Theory of Democracy.

Montecinos, Ergon (2007) Análisis del comportamiento electoral: De la elección racional a la teoría de redes. En http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1315-95182007000100002

Eskibel, Dan (2010) Los modelos de decisión de voto.
En http://lodel.irevues.inist.fr/cahierspsychologiepolitique/index.php?id=1696

Roche Aguirre, MªLa (2008) Modelos de comportamiento electoral y político. En
https://www.gestiopolis.com/modelos-de-comportamiento-electoral-y-politico/

Autores:

Jaime Muñoz
Fatima Ruiz
Eloisa Mate
Laura Bouzón
Adriana Reveles

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